Entregada al viento;
al derrotero ingrávido
que da forma a este deambular de contrapuntos,
en plena facultad de mi lengua,
te expreso,
que mi lugar, en ti, tiene forma de sospecha,
obnubilada sensación
que me expone el sinsentido,
la luz inabarcable del pensamiento…
Esta carne inconclusa,
esta sed inconclusa,
esta hambre evacuada sin privilegios,
soterrada en las profundidades del vicio,
sólo me habla de tu silencio…
La sinergia resbalándome,
cuando me elevo
y la belleza de la desnudez,
descubriendo lo que se oculta
tras los párpados del frío…
Como océanos enclavados
más allá del horizonte;
despertar este breve espacio
y sus memorias blancas;
tu voz guardada en el brillo de una lágrima,
entramado sensitivo,
cuyo papel me deshoja con su línea entintada,
música que comprende mis declives y euforias,
perfeccionando la apertura…
La nada, suspendida de mi claraboya,
concilia los arcos danzantes de la noche,
revelándote que esta poesía es sólo tuya…
No hay comentarios:
Publicar un comentario