Un acierto que se resbala
del oxidado suelo de los márgenes,
me eleva hasta el epicentro
que desnuda tu interior…
La telúrica subversión
me revela lo que eres,
lugar de luna y mar;
encanto indeleble que me une
a la cintura de los sueños;
bombón de luz,
cuyos sabrosos tintineos me conceden
la nocturna potestad del infinito…
Arrebato en espiral,
frenetismo,
divulgándose entre giros y aleteos;
excelsa sonoridad que reclama su sitio,
como opera prima entre mis dedos…
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