Me acerco al borde;
desde el borde contemplo brillar
todo el silencio asido a mis reliquias;
sus pétalos, como puentes,
colgar mis cicatrices
sobre las aguas vencidas,
que se desprenden hasta lo ignoto…
Me reconozco en sus jardines flotantes;
en las edades fósiles de gestos y palabras
que me erigen en sepia
y cuyas láminas giran
en los vacíos del tiempo…
Percibo dentro sus notas prístinas
que sellan mi peregrinar
en otra dimensión…
La disección del esqueleto cristalino
marca, escarba y desnuda
la fugacidad eterna en mi interior…
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