Nacer de las sombras,
adivinarte en una lágrima
y volver a tragarme el corazón,
librando la vibración del destello
que acude de prisa,
sin distancia;
creer en el nexo inconsecuente del abismo;
creer en ti…
Tu espacio único en el mío, convertir
y, aun lejos del cuerpo,
ser sonido en la noche;
llamada privilegiada que hipnotiza;
eco y tímpano,
abriendo las sensaciones
en agonía endiablada;
almas en un mismo salto y rotación,
enceguecidas,
al verse crecer las alas…
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