y me aprontas a tu noche;
florece mi luz en tus jardines cósmicos,
cuando el rubor de la brújula
dirige mis ansias a tu frente;
a lo boreal de tus vibraciones
y sincroniza el instante impetuoso,
hasta que rompen mis olas
en tu plano celeste…
A tus orillas
se desvanece la velocidad del tiempo
y soy espacio para tu boca;
aliento de música y poemas;
un balcón y una copa
con la flama orgánica que te bebes;
una cadencia felina,
moldeándose a tus dedos…
Un relato escondido
en el desmayo del silencio;
imperceptible luminiscencia,
volviéndose palabra en la oscuridad
para, por ti, ser descubierta…
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