Con insistencia absoluta
me descorres el silencio
y me inunda el claro de tu noche…
Descompones
la pared y sus agujas
y tus sensibles partículas platean
el relicario de mi alma…
Devotos,
mis campanarios de agua
enarbolan los impulsos
con la bondad del aire,
enzarzándose en mi lengua
los aciertos que gesticulan
tu autoría…
Caigo en cuenta
de que no hay auténtica poesía
si no es a través de tus ojos;
túnicas transparentes
van convirtiéndolo todo en milagro;
un célebre despertar de estrellas
que aborda y templa mi espíritu,
poblándole para siempre de tus encantos…
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