El espacio frecuencial
que te dispone el infinito,
lo traes esculpido
en el matiz andariego de tu lengua…
Me coloreas el aire
y me abres la transmisión
que reconozco
como la ígnea señal que enciende los silencios;
asidero cósmico del alma…
Pulsada
la perturbación de los sentidos;
atomizados por el provocativo
baño de amplitudes,
eluden toda línea disociada de tu fuente…
Absortas mis aguas
ante la nitidez de tu vuelo refulgente;
se rinden,
alumbrando, primorosas,
los canales extensibles de tu brillo…
Rompe el sol en tu boca
mientras declamas, embebido,
tu lírica gravitatoria…
No hay comentarios:
Publicar un comentario