Tu lengua engalana
la gramática del viento,
al abrigo de las simetrías acordes
que van naciendo de tus pupilas,
haciendo girar los colores
con brío hipnótico…
Trepida,
en silencio, la sombra,
absorta con tanto resplandor vertido,
dibujando sobre mis renglones corpóreos
un caleidoscopio de suspiros…
En la diáfana prolongación
que entraña la fábula de tu cosmos
soy más bien moraleja;
gloria de los incendios
que brota del impulso electrizante
con el que haces arder mi pensamiento…
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