Emites un flash cristalino
que inexplicablemente
me desnuda;
un trepidante deletreo de intervalos,
encandilando las aristas de mi todo…
Seducen tus ojos mi alma de violín
y te haces púlpito y musa;
pulsante estamento de mi noche…
Y te reclaman mis acordes
que sin renuencia te sorprenden
palpando la geometría de mi boca,
reflectando,
como faro envolvente
mi carne que te nombra…
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