Cántaro vacio,
riégame tu tacto,
llena mis páginas incompletas
con tus tejidos blancos…
Desgarra lo sabido;
desmóldame los espacios;
has que se quiebre el freno de la incerteza,
a fogonazos…
Esparce tu luz oscura,
devuélveme hasta el origen
y que sea el silencio virgen
el que nuevamente me escriba…
Deja que me consuma
en tu lengua tardía;
que tu contacto me devuelva
renacida…
No hay comentarios:
Publicar un comentario