Gimen los océanos sus silvestres rebozos,
ornamentos que acrecientan
ante el éxtasis de la luna…
Fulguran en tus ojos
los potentes efluvios vitales
que me invaden el alma
y me hundo en su portentoso reflejo…
En el fondo del silencio
se desnuda el rubor dormido de las estrellas,
cuyo mullido escenario
despierta en nuestra carne…
Tus dedos guían mi pulso,
perspicaces;
mi sombra se abre paso
por intervalos celestes
y se conectan a mis labios
tus destellos…
Chocan los universos
y su polvo de luz nos extrae los azules violeta,
como el canto de la noche
a los planos sensoriales…
Extinguirse en tu lengua es volverse poesía,
renglón acristalado que transparenta
su voluntad invariable
de fundirse a tu vera infinita…
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