En momentáneo centelleo,
el advenimiento del cósmico polen
atraviesa la luz de mi alma…
Suspendida en la belleza que me absorbe,
látigo febril que perfora la piel del agua
e incinera mientras desangra
los pulsos aterciopelados,
puedo sentir que balbucean los cristales
su verdad redentora…
El Frio pincel reposa
sobre los labios manchados
del bálsamo lumínico…
Enrojeciéndolos
de tu verbo lascivo,
al lamernos las voces…
Son del alma las prisiones más oscuras
y tu lengua el placer que vuelve a encender
de toda ceniza sus pasiones…
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