¿Cuánto más
he de extender el verso,
exprimiendo esta humedad indómita
que me provoca tu garbo?
¿Cuánto más
he de hundirme en tus ojos,
en tus labios,
para infligir el vacío puro
y el cántico del brío?
¿Cuánto más evanecer…?
Si camino por la música reflectante de tu lengua,
sabiendo que me has cosido a tu sombra
y besado hasta el rubor de mi ser…
En insaciable pretensión invoco
la sed de tus espacios azules,
para desvanecer en el profundo infinito
que siempre te presume…
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