Como un susurro indómito
acicalas mi silencio…
Te cuelas en mis adentros
intentando emancipar mi ruego
como mandato del alto cielo…
En secreto vas violando
mis segundos pasajeros
y transformando el tiempo
en presa fácil a tus manos.
¿Cómo llegas tan profundo?
¿Cómo logras mi secreto?
O me delato en tus cabellos,
que besan la piel de mis ojos,
iris desnudo a tu antojo,
cristalinos cencerros…
Abiertos umbrales serenos
donde reposan los sedales,
que mueven los alientos
descubriendo los rosales.
¿De dónde vienes
suspiro de miel?
¿Por quién suspiras?
¿Por qué me haces cautiva
de tu divino poder?
Hijo del viento,
¿Quien te envía?
¿De quién la sonrisa
camuflada en tu piel?
Desatas mi garganta,
que remite su respuesta
como un suspiro también…
Eco de luz en lontananza,
cuyo labio invisible
modula la alabanza
que me penetra la sien…
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