Sabes a mar inquieto, torrente de quimeras
esta senda luminosa tiene prendada mi huella…
Sabes a piel de universo, a miel de aceitunas;
en ti recuesto mi entrega, se arremolina mi espuma…
Prueba de mi fuente el sabor de las estrellas,
que esta pasión me ha elevado más allá de la tierra…
Y no existe reloj que devore nuestro tiempo
ni manjar que supere la dulzura de tus besos…
Siénteme cómo vibro en este vuelo indefenso,
que me hace ser parte de todo y todo se hace verso…
Círculos de luna danzante
vienen por el camino de tus dedos
y en la curva de mi cintura,
me estrello con tus ojos hechiceros.
Mis cometas colisionan con tus manos de alfarero,
que moldean en mi noche el brillo eterno de tu lucero.
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