Consiento el vaivén de tu presencia
y celebro el influjo de su movimiento
en mi entraña,
irrigación de sentimiento,
pulsación de la palabra…
Dictas decretos sublimes,
sostenidos y agudos…
revelando y traspasando invisible
los secretos de mis muros,
exhibiendo los alfiles
que se roban tu mirada
y como brisa embrujada
va sucediendo el conjuro…
Tirita el temor en la esperanza
De encontrarme con tu fuego
Que sin prisa y sin pereza
me hace avanzar sin freno…
Un perfil granate
hallando su causa,
señalando la apertura sin pausa
expansión de la esencia que late,
que inicia infinita su marcha.
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