Misteriosos son tus ojos,
que me dictan estos versos...
tu mirada profunda de cielo
extasía mi universo...
Canta a tu mundo mi aliento...
la canción que nace del pecho,
regocijo de un corazón abierto
que hoy se ha pintado de fuego...
Ruiseñor de la poesía,
sembrador de estrellas blancas,
Tú me muestras la alegría
el valor de la esperanza…
Tu misterio me enloquece,
abre sellos infranqueables;
te paseas por mi mente
y todo se vuelve adorable…
Se dibujan cascabeles
y violines en mis manos
que interpretan dulcemente
el concierto enamorado…
de mi alma que desnuda
su palacio de lamentos
con tus ojos, partituras
dirigiendo mi instrumento.
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