Soler seducir el tacto
con el interminable parpadeo del silencio;
fijar su blanco
en la madera escurridiza de mi piel,
te hace forjador de imposibles;
abrigo de impulsos secretos
que cobran sentido en tu mirada…
Fuego argénteo,
cuyo agudeza corta los hilos de tiempo y distancia
y distingue lo instantáneo
como espacio eterno…
Punción de exactitud
que viene a vestir lo inesperado,
taladrando lo temporal
para que asome el radio de sus anillos
y se hunda en su infinito espiral…
No hay comentarios:
Publicar un comentario