Avezado,
acentúas el aire
en tu empeño por beber del cielo,
su partitura…
Con premura vital ahogas la sombra
y extiendes en las alas toda tu fragilidad,
mientras el instinto primero
te aborda y desnuda,
espontáneo…
Querer crear el salto infinito,
siendo parte del todo;
ser uno al prolongarte en el viento;
entonar, descalza, la libertad sin tregua…
Un sonoro impulso riega tu plumaje
y late mi luz
en tu trino y vuelo;
y, mi alma,
en tu corazón salvaje…
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