Quiero mi nombre en tu silencio
ser la saliva de tu pecho,
que sumerja mi reflejo
en el ocaso de tu aliento.
Quiero tu alma en mi locura,
y la mía en tu cielo abierto,
dirigiendo la aventura
de concebir universos…
Quiero mi cirio encendido
sobre el altar de tu sombra,
que ya no quede suspiro
sin que te bese la boca…
Ser el último latido
que te embriague para siempre
y más allá del olvido
perpetuarme en tu mente…
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