Un verso tras otro,
encadenando los suspiros,
que me provocan tus ojos
en la distancia fundidos…
Llego a tocarte
en un firmamento dichoso,
de estrellas vibrante:
Espejos en el aire…
La fuente de los astros se ha volcado
sobre mis sienes desnudas
y sus mariposas de agua
van desfilando sobre mis campos infinitos…
y estoy contigo…
Estás a mi lado...aquí estamos...
Y yo invocando con mis dedos
el ardor del tiempo eterno
con el “cielo entre las manos”
…Y el sol aferrado a mi existencia,
que tiene tu rostro y el mío en común adherencia:
Nos amamos…
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