El vapor de tu rima me nubla los ojos
y lloro el azúcar del alma…
Tu cercanía me vuelve río
que desborda en tus ventanas
y sumerjo contigo
ese cielo que declamas…
En tus poemas se ensalza mi lengua
que, contagiada con tu magia,
le enciende farolas al sueño
con mil palabras…
Le surgen estrellas a mi silencio,
jardín estelar en renuevo
y mi Luna hechizada contempla
el resplandor de tu dulce mirada,
caleidoscopio de agua
que, a sorbos, me bebo…
Me abrazan tus letras,
sutil arrullo,
su calor me arropa…
Dejo que tus manos tallen mi sonrisa
y las mías saltan en busca de tu boca,
un suspiro tuyo…
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