La provisión de estrellas
que carga esta noche,
me encuentra creando infinitos
en el vértice donde el silencio es poesía…
Mi voz es apenas un ápice de luz;
un átomo pulsando su giro;
una retahíla que me separa del tiempo;
presunta asesina sin máscara…
Desnuda, en aguas refulgentes,
me invade una especie de magia;
un regalo que asombra…
Es tan hermoso elevarse;
abrigar las sensaciones;
estremecerse en la persuasión del roce
que, como antes, me abre la frente
al extenderme en un vaivén de seda
que me hace marea luminosa;
sirena de plata,
vestida de luna nueva…
No hay comentarios:
Publicar un comentario