lunes, 30 de noviembre de 2020

Pavesas

Y me alcanzó el tiempo,
adorándote;
sin poder resistir tanta entrega,
fue perforando el suspiro
con su rutina inacabable de vueltas;
su crudeza de agujas,
moviendo la voz en tono circular
hasta segregar los espacios
y la torpeza de cada intento
se volvió fatalidad…

Retazos y remiendos,
relamiendo sus heridas,
se quedaron en la mesa del auxilio,
armados de piel tardía…

Las palabras se sueltan,
consumidas,
por el soplo infame
que traga sin piedad su sentido…

Los ecos redondeados traen esquirlas
de lo que todavía me pesa y preciso…

Me fui del día sólo por retratar
el rincón solitario donde llueven pavesas
de un suicidio que me dejó en la lengua
el sabor a eternidad…

No hay comentarios:

Publicar un comentario