A través del agua
la emboscada de tu nombre
consigue accederme;
traerme el brillo de tus ojos;
su claridad inmutable
reclamarme su entonces…
Tu mano en mi mano
pincelando recodos
que esconden muy adentro
ese siempre inefable…
Las vicisitudes acometen
la duración del paisaje
y rompe en llanto la noche,
derrapando el curso de mi alma
hasta el impacto sin fondo…
Bañada del trasiego cristalino;
en la internación del todo,
vuelco mi luz,
impregnándome de aquello que me queda
instante resolutorio,
volviéndose cúspide de estrellas…
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