Cogida del lado incipiente del impulso,
bajo la identidad que me desnuda ante los ángeles,
puedo determinar qué tan puros
exudan los presagios;
dónde tiene lugar lo inmutable,
abriendo los diáfanos espacios
por donde se escapa toda claridad…
Tiembla la noche
y en la punta del silencio
efervesce la perspicaz acrobacia
que me envuelve entre tus brazos…
Embargada de ti,
pliego el mundo,
mientras cosecho germinando
lo ignoto que me pretende
y me prende a tu tacto profuso…
Restriego mi fuego en tu boca
y descubro la luz que transito
mientras un beso nos devora
poco a poco…
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