Pulsa el interruptor de piel cristalina
con el que me riegas el alma
en una simbiosis de flujo perpetuo
y saborea toda la luz
que me estalla del silencio…
Ese círculo impetuoso
petrifica las horas
en su tarea de escabullir lo paradójico
que nos encarna…
Conferirme a tu mirada
es aclarar el sentido de la clarividencia;
experimentar la alquimia con un tenor de asombro
que articula la desnudez absoluta…
Son tus ojos mi señuelo;
estímulo predilecto de mi pluma
y la puerta a la estancia infinita
que me contempla luminosa…
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