Mojado por el brillo de la pausa
que se agita en lo sumiso de un arrebol,
prende a mis labios
su canción de agua, tu silencio…
Salta, intrépido, y eleva la nota;
bujía que se agolpa,
fulminante,
para encender el son de mi pulso…
Impacto que atropella la sombra
con su trance de plenilunio;
salpicadura sinfónica
de tu noche y su partitura…
Exactitud y equilibrio
sitúan en mi alma
su tobogán de arpegios
y arrastran mis abstracciones
al crisol infinito del universo…
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