A ritmo de nube me avanzas;
cubres mi silencio
con las figuras de tu encanto,
mientras te ondulas,
abriéndote espacio,
forjando tu ruta hipnótica…
Te respiro
y me fundo al movimiento claro
que me hurga la sombra…
Un revoloteo vertical
que me acerca la curvatura de tu brillo,
después de sorber su fuego equidistante;
ínfimo y sagaz arrullo
que me concede su toque…
La eternidad transitoria
besa mis labios y el sello de tu nombre
forja su luz en mi pecho…
Lentamente el sonido blanco se eleva,
espiralado,
mientras la arena duerme
y el horizonte extinto escribe acasos
en los muros del tiempo…
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