Exudas la ingente claridad
que predomina en tu interior;
me muestras su proyección desafiante
desde el origen…
Logras siempre acomodarte en mi suspiro;
desbordándome,
hasta el punto en que coinciden
mi alma y tu energía…
Me desarmas y, vulnerable,
percibo tu silencio en sintonía
con el estremecimiento,
liberado por el roce;
toda la magia sensorial que existe
y que escoge tu carne
para expandirse…
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