Condensa tu rostro mi silencio
y se escabulle en mi renglón
tu zafiro de agua,
que riega mi frente colapsada,
enlazando el color de tu respiración
con mis palabras…
Un arcoíris se asoma en mi alma…
Es tu terso manto azulado,
que se entrega
para que ruede mi Luna…
Ese instante perlado
talla mi pluma
en grácil escultura…
Y al abrigo de tus ojos,
tu cuerpo, tus manos,
mi ser enamorado diluye
en lo profundo de tu etéreo prado…
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