Alojado en el nimbo sonriente
de tus azules praderas,
hallo el surco luminoso,
el arroyo en primavera…
Me miras
y el lazo cristalino de tu alma
me aferra a tu silueta…
Hilo de agua majestuoso
que dulcemente me sujeta…
El sol de tu boca
encuentra el oriente de mis labios
saciándonos la Aurora,
mientras nos besamos…
El añil de tu semblante
aflora en mi tempestad de azucenas…
Y voy contigo
entonando la canción de las estrellas…
En la exactitud de la pausa vespertina
huye el tiempo despavorido,
mientras me fundo, vida mía,
contigo…
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ResponderEliminarPrecioso tu poema amiga mucho ánimo en tu arte. Te abrazo con todo mi corazoncito.
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