Me dibujas una flor en la pupila
y una estrella en la lengua…
Mis manos, constelan tu rima
y soy doncella de tus letras…
De las fragancias matutinas
extraigo la tinta,
que prolifera
enseguida
sobre mis páginas etéreas…
Mi alma enfatiza tu sonrisa,
que pronunciada por mis labios
sabe a completa delicia…
Me entrego al crimen de tus ojos
y traspaso la línea del tiempo…
Te toco el alma con arrojo,
susurro infinito de mis versos…
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