Se enamora mi voz,
se enamora,
de esa melodía amanecida,
vaivén incendiario de tu boca…
De tu calidez de estrella
se enamora mi cuerpo,
se enamora…
De los efluvios ondulados
que me ciñen a tu alma,
se enamora la mía…
Se enamoran mis labios,
de tu lengua apasionada
que, exaltada
recorre los renglones
de mi cuaderno ajado…
Y con hebras lunares
lo hilvanan tus dedos…
Se enamoran mis destellos
de esa noche mágica,
que siempre me anclas
al desvelo…
Se enamoran mis sueños
se enamoran…
de ese invencible vuelo
en que fundidos somos
un todo perfecto…
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