Acotados
el pulso y el paso
por el tiempo
que coge, enfrentadas,
a dos figuras atómicas,
cuyos ajustes
revelan la fricción,
como un magneto
que las acopla,
arrancándoles, de la piel,
las apetencias
para que desnuden
el delirio entre sus dedos…
La desproporción
se anuncia copiosa,
mientras se desmorona
la humanidad,
sembrándose, abismal,
el sentimiento que los anuda…
Renuevan
en las aguas mutuas,
su pasión,
como bestias pecoreantes
que vuelan entre los mundos,
libando, con gracia, la erótica flor,
para fecundar
el largo sueño de los amantes…
Y yo me resumo
en tu tacto insolente;
rezumo carnosidad
y la pulpa sensual gotea
desde la punta del deleite…
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