Hela aquí,
esa palabra tuya,
justa y noble;
esmerada en recuperar la belleza
desde lo insospechable…
Sabe tratarme tan bien;
se empecina en
tocarme por dentro;
expedir el ticket hacia otras dimensiones;
elegirme para custodiar, del silencio,
su mágico camuflaje…
Tu luz palpita a través del aire
y me halagan sus intenciones,
con las que me permito incorporar
tu ciclón violeta…
Aprender las finuras de sus giros
que le conceden a mi lengua
el palco en su concierto
de remolinos…
Mis pájaros se extienden
a lo largo de tu geometría perfecta
y te miro
y te miro
para hacer crujir la partitura
en la quinta línea
que recubro con las notas
negras y redondas
que se aseguran el son
que resuena en sentido mayor
dentro de mi boca…
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