Concavidades

Siembras la noche
de escarcha de oro azul,
adentrándote
por los pliegues de mi conciencia
con actitud de pájaro…

Vas inquietando a mi alma,
dejando
que se eleven mis pulsaciones
por la inserción de tu lengua
en los espacios reservados
para el placer…

Calientas mis palabras
y gotea la arcilla,
telúrica,
bajo el principio
que busca el final,
por los bordes del deseo…

Mi espíritu brota
de tu cuerpo desnudo
y hace silencio la sombra,
por ti,
por mí,
por todos los sueños escondidos
que se dejan mirar, por fin…

Socializa tu interior,
tan suave y dulce,
con las manos;
con el agua que reúne los vértigos…

Y es en el hueco de tu abrazo,
donde me acomodo,
gustosa,
desatando la pasión…

Y, con tu alma,
con la que dialogo
en otra dimensión…

Termodinámicos

Condensada la realidad
tras las cortinas del deseo,
me apremia,
delicada,
sin otro motivo
que desestabilizar la conexión
con tu lengua…

Armada de valor,
soy el nuevo sitio para tu autoría,
elemento estelar
para balancear el desarme de la ecuación
y rearmar la teoría,
en conjunto…

Aceptas mi preferencia,
por gusto
y ahí estás,
azuzando las moléculas
con tus dedos azules;
vertebrando mis estados profundos
con la mecánica de tu voz…

Esta adicción consensuada
que busca que anude el fervor
al movimiento imprevisto,
se alza entre las figuras
que logra un producto,
en su condición,
jamás antes visto…

Lunar de Estrella

Tu claridad
está pendiente de mi lengua
desconocida;
se aterra, en ocasiones,
oxigena su punto de partida
en un mar de aguas revueltas
fuera de la gravedad de la noche
y retorna a su estado natural de quietud…

Destinada a
concentrar toda la luz del mundo;
acordonar el adorable lugar
en donde se presenta la indefensión de la piel,
modulándola a tu frecuencia…

Dejas que rote,
sugerente,
el sufriente letargo,
hasta desprender su acento tribal
dentro de estos ojos hambrientos de misterio…

Te das cuenta
de que la sombra trina,
mientras me pierdo en tus labios;
de que la mayoría del tiempo no existe
y que bajo el influjo del plenilunio,
cuentas con toda mi parte sensible…

Cuerpos Liminales

Te introduces
en las ganas enormes que tengo
de soltar mis agallas
y poner en práctica,
en pos de lo que alude,
las lecciones de tu tacto…

El factor que radiografía,
enfervorizado,
todos los sueños,
propicia salir por ellos,
de inmediato…

Y sonrío
con el rubor en los labios,
como el lenguaje del agua
que con un solo movimiento
se deleita en su convite torrentoso
y avanzo…

Al mirarte,
se detienen los relojes,
desaparecen
y me olvido del tiempo…

En muchos términos,
eres admirable;
en todos los términos lo eres;
así de mágico
tu modo de abordarme
y grabar, en mi mente,
tu gesto atrevido…

Al ser de la misma especie;
con el contenido de vida
amontonado en la carne,
aconteciendo tan alto;
en el ejercicio de la noche
y sus ámbitos,
trasmutamos
y esa luz liviana,
nos coge,
conectando los umbrales…

Volitivos

Te convidas
y me convido;
prolongamos el diafragma,
a coro,
creando un lugar en común
para ataviarnos del salvajismo
y pender del sueño loco
de fusionarnos,
trastocando
los sentidos;
los pensamientos;
con todas las ganas de comernos el mundo…

Tengo por seguro
el desenfado del silencio;
a mi favor,
tus ganas excesivas
de manejar los vehículos de la luz,
apenas me desespero
por conectarme a tu lengua
y quitarte el aire…

Tienes que
mirarme,
creciendo en tus manos, ilimitada;
contemplar mi expresión,
cuando vas sembrándote entre mis labios
y, atándose,
con fuerza, mis ganas,
a la satisfacción inacabable que le provocas…

Proclamarte autor de la victoria
al mimar el silencio
y minar la reacción química
y en cadena
que se asegura dejar expuesto
cómo me hago de ti
y tú de mí
en exquisita complacencia…

Práctica Redentora

Estirarme en tus brazos,
salida de mi propia corporalidad;
acaparar tu registro sensual,
sumida en el arte
de tus movimientos,
me otorga un instante de placer
jamás experimentado…

Tus detalles exquisitos denotan
tu capacidad de volverte influencia,
mientras la eufonía se mueve
a través de tu piel
y libera la emoción,
incentivando trasvasar el voltaje
hacia la fuente interior del silencio,
rompiendo las formas;
rellenando el aire
con jadeos de dulzura…

Me reconozco en cohesión
con la esbeltez
de esa escultura poética
que proyecta la intensidad de tus ojos
sobre lo que toca…

Y, suelto el arrojo de mi complexión,
me guardo,
envuelta en tus dedos
que no paran de danzar,
ultimando el sosiego de mi carne…

Te asientas
en mi revuelo,
prospectivo;
en el aspecto de la euforia,
desatando los planes asustadizos
para acabar,
empujando sus rayos de fuego,
como la rama inmortal
en el árbol del infinito…

Magnitudes Líricas

Dos sierpes aladas se enroscan
en las columnas que se alzan
desde los cimientos,
donde hago reposar mis acrobacias;
donde aprendo a concentrar la energía,
ascendiendo hacia la esfera
donde los ángeles
aleccionan a mi alma
para
saber nadar los centros equinocciales;
dejarme llevar a través del edén
que robusteces con tu lengua…

Flotar sin mirar abajo;
desenrollar una atmósfera
tupida y envolvente
para que,
tu piel, a mis labios, pegada,
encuentre el pozo de los juegos verbales
y arrojes el riesgo
y saques, del sol, su elocuencia
para quedarte con la última palabra…

 

Furioso

Te me aproximas
y dejas
que pruebe todas tus rondas;
exiges
que pase de la formalidad
y me fugue, de plano, a tu boca…

Que alcance tu disyuntiva,
como una idea salvaje,
cuya lascivia desempolva
los recodos del deseo
y con la que vas,
marcando la diferencia;
haciendo que el mundo se paralice
frente a tu intensidad y elegancia…

La orilla que te reúne
con mis intereses se acrecienta
y la disposición al derrocamiento,
hace aguas;
me convierte en cuerpo oceánico
que lava, minucioso,
los enlaces con tu saliva…

En consecuencia,
no me alcanzan los dedos
para registrar las palabras
que se acumulan
en mi frente…

El desfogue reviste el deleite
y no respondo
por toda la energía que expulsa…

No disminuye,
abunda
el estremecimiento de mi piel;
persiste, furioso,
bajo la sabiduría existencial
que lo intuye
para advertirle desaparecer…

Nombramiento

Llegas hasta el fondo del asedio
y su incumbencia;
incumples con la norma de privacidad,
inquiriendo lo que es tuyo,
hasta las últimas consecuencias…

Te instalas, contagioso;
sabes
que siento el pulso de los sueños
en tu lengua;
que logro
descubrir que no hay cumbre
que no comporte tu fuego vital;
descifrar cuando la realidad
se desconoce a sí misma,
rellenándose de tus opciones…

Tu firma
se impone;
dispone
que mi querer resulte
del rechazo consultivo
y allana la ruta hacia mis ciudades eternas
que son causal de mutuo acuerdo
con un enfoque al infinito…

Embriagador

Me escapo
a tu cobijo;
al abrigo de tu lengua
y un sabor lleno de melodías dulces
va sacudiéndose,
mientras me cortejas…

Tatuador experimentado de almas,
contigo, mi piel se estremece;
la conduces al punto
en que el color se despliega
detrás de las cúspides vengadas
donde emergen las formas del milagro…

Me arropan las luces aéreas
que mueven el tiempo
de los días plegados,
en que el sosiego excitante de la noche,
se desprende de tu boca
y su oscuridad cristalina
crece, coqueta,
junto a la distinción impensable
que brota de mi costado…

Se margina la razón
y va dándose,
solo,
mi lado sobrenatural,
mientras mi corazón modela tu intelecto,
rodando en la gratitud de la temporada
en la que debutan los sueños…

Ansiado por tus certezas,
el colmo de lo que dudas,
apremia la calamidad
y la señala, sabiéndose,
lo que compone una parte de azúcar
y otra de sal…

Diario Circular

Sales a la luz
desde lo más hondo
y del lenguaje sordo me aparto;
mis páginas señalan el paso
de tu lengua,
perfumando el balance provisorio
con un giro de luminosidad
que se interna por mis ojos,
escribiendo su ciclo de inversión,
como fase de un silencio sistemático…

Florece el espíritu de la noche
que se mueve y enreda tu cuerpo
en mis manos,
intensificando las sensaciones…

Juegas con los conceptos
y tus divulgaciones
hacen nido en mi mente,
mientras la piel dispone, para ti,
un despliegue de sinfonías…

Mis extremidades se transforman
en volutas ascendentes
que convergen e hipnotizan
la compostura
y cada postura va derramándose,
con creces,
bajo la línea de la euforia…

Placidez Embravecida

Forjado el lazo,
impetuoso,
ante la lucidez sintónica
y las autoformas,
compatibilizando,
complaciéndose, mutuamente,
poco a poco…

A tus pies,
mi piel,
aterciopelada
el reflejo de tu boca en mi boca;
todas las sensaciones,
dejándome ver lo inesperado…

Se sacuden, silentes, la tensión;
se empalman
y la multiplicidad de las torsiones
en las que desembocan,
no es otra cosa que mi lengua,
clareando el silencio,
sumergido en el húmedo balanceo
que brota de la paz aromada,
crepitando,
como quien encuentra
las llaves de Platón
en el cerrojo de una mirada…

Remanentes

A medida de que
va avanzando el derrotero cósmico,
te muestras reticente
a esta especie de hechizo
que hace aparición
en el momento que lo cruzamos…

Juegas
a elucubrar escenarios;
a engendrarlos
y, del nativo don,
te nacen, naturalmente formidables…

Lo que persigues lo consigues,
y, los fuegos retratados en el aire
se enfilan;
cada molécula altera su conjunción,
para conducir la velocidad precisa
hacia un nuevo comienzo…

En el fondo, lo irresistible,
llama tu lengua
y me apego a la regla
de entrelazar ese patrón
que se justifica,
nada medroso,
con un beso de reserva,
desesperadamente mío…

Cuando veo algo nutrido,
con sutiles resplandores,
muero por saborear sus grises
y el universo nos deja suceder,
temblorosos…

La necesidad de que explore
sabe que, sin cesar,
me sale del silencio
lo insufrible y más hermoso…

Recaída

Este sueño travieso
que me trae,
de la nada,
de vuelta tu imagen
gentil y enloquecedora,
es un botón de muestra del poder
que posees, ingenuo,
para colarte en mi cabeza
a todas horas…

Besas la tierra que soy
y, lo inconfundible del estruendo
se narra,
como en un cuento…

La isla inexplorada
que nada en tu interior,
exhorta mi ánimo aventurero…

Y qué insolencia la tuya,
mirar caer mi control;
participar en la redada de silencios,
quitándome los atuendos
al verme expuesta a tu lengua…

Te excedes,
hasta que, una vez más,
anegada de tu mirar,
me conviertes
en tu criatura edénica…

Enclaves Mortíferos

Movido
por la literatura de mi aliento;
por el alcance de su logro
y el sustento libertario
que pongo en tu boca,
accedes a validarme
y obtengo la ofrenda mejor evaluada
de tu crepusculario…

Mis aguas combaten los saltos
de tu extensión abrumadora
y celebro ejecutar su valía,
mientras hago
silencio…

Y el amor,
contigo…

Y del sueño,
una real sinfonía,
porque acampo en el ambiente
de esa palabra vista
pero dicha de forma diferente
a lo anterior…

Mi espalda y tu abrigo
se contienen
de manera que son la base
de todas las estrellas;
avance para la nueva era
apartada de ti y de mí…

Arremolinados los cuerpos,
a medida de que encauzan la sujeción,
logran impregnarse
al recoger el deseo desvanecido,
pudiendo sentir, también,
su prolongación…

Planetaria

Tu lengua magnética
me complica las cosas,
cuando hace de lo suyo
en cuanto confusión se trata…

Me atrapa
y mantiene, intacta,
en mi cabeza, su atracción
y me dejo llevar,
sin omisión,
por la turbulencia de la luz;
por el rio hipersónico
con el que, en más de una ocasión,
mueves el eje de mi existencia…

De ella me aprendo,
rotatoria,
cuando tocas la hondura
de mi descalabro
y me traslado por la espiral
que dibujas con la boca…

Habitas mis hemisferios
y eres
un sólo continente,
conmigo dentro;
atril de mis voluntades
cada noche…

Me comen las ganas
de
asistir a la exposición soberbia
de lo que sientes
al navegar mi universo;
esporádica, al menos,
capturar lo que estoy perdiendo
frente a toda esa claridad energética
que me impide encontrar
a quién culpar
por lo que queda…

Caramelo Lunar

Me escapo del tiempo,
rodando,
innumerable,
con el cosmos…

Hago que suceda lo imposible
al dejarlo correr por tus ojos
y perpetuar
la verdad de lo simple…

Porque lo bello
fluye, natural
y así es tu lengua
con la que alimento
mi lado creativo…

Poco a poco,
me inspiras,
es cierto
y yo,
buscadora del misterio viviente,
me regocijo,
mientras tus labios dulces
me proporcionan la sensación
de una lluvia delicada
o la revolución
que induce,
en el bosque de Selene,
una rueda de hojarasca…

Grano de Miel

Se lucen mis gestos,
si no compito
y sólo columpio, en el azar,
la desnudez de mi osadía…

Nada más necesito
la ferocidad
con la que demudo mi ser
frente a tus ojos…

Y broto
del canto puro del océano
hasta florecer
de sus lenguas híbridas;
del colmenar de sus movimientos
que me exhortan
a sostener la comprensión astral,
como indemnización por mis derrotas…

Fomento el placer más dulce,
dándote a beber
todo el aire de mi pecho…

Volviéndome tu lecho de cristal,
cuando te repones
para volver a mostrarte,
a la luz de la voluntad,
en común
con mis volúmenes distractivos…

Abstraído,
designas los estándares de consolidación
con ribetes de futuro
y todo es a la par,
en paralelo y paridad
entre mi mundo y el tuyo…

Muelles

Tus ojos,
capaces de atravesar los sueños,
estiran mi luz con la excentricidad
que excede la tensión
y sortea la incidencia inequívoca
de arraigarnos en el otro…

La funda del precipicio
atrapa, en el fondo, todos los matices
con el sabor inconfundible de tu silencio…

Los días y noches
y sus confrontaciones,
son ecos febriles
del fulgor que desea encontrarse
con tu cuerpo;
eclipses que dibujan
el lirismo de tus manos en el mío,
rimándose con voz ardiente…

Entonces, comprendo,
el sentido de aproximarse
al corazón del cosmos;
la inmensidad de lo que se apresa,
insistentemente,
entre nosotros…

 

Me Pertenezco

Le gusto, mucho,
a tu luz viviente,
pareciera,
porque me toma del silencio
y me condena
a dejar caer lo irremediable…

La revolución de tus hormonas,
no lo desmiente;
sus destrezas llenan el alma
y me recabo,
como un reflejo,
declarando parecerme
a lo que recomiendas saludable…

Se extiende la importancia
de preservar,
religiosamente,
esa predilección absoluta,
porque retumba
hasta en mis raíces
tu razón poética…

Mi lengua brilla al tacto
de tu sentir ambicioso
y calculas
el potencial de imprudencia
para disolverlo
y desentrañar todas mis lunas,
en igual lapso,
dejándolas flotar en tus lagos perennes…

Todo lo siembras con tus ojos,
de los que broto,
tan mía, como tuya,
igualmente…

Sombras Elásticas

Observas
cómo se abre mi pupila,
cuando tu enlace mortal
y sus turbulencias,
agreden los compases
que alargan las notas ocultas
que te muestran lo que soy…

Obsequiada
a la extensión de tu saliva
que labra un remolino de luz y oscuridad
sobre mi lengua,
soy capaz de mover el mundo
y hacerla girar a tu gusto
por toda recta y curva…

Se emiten mis palabras antojadizas
con su corrupción en curso,
mientras anuncio
que te habita
mi carisma;
todo deseo y pasión,
incrementados…

Y, poco antes de nadar
en tus manos asesinas,
codearme con el sentimiento
que me va a arrastrar,
hasta verme, de tu espacio, cautiva…

 

Futurar

Indago,
longitudinal,
la bibliografía de tus formas
y me expulso hacia su nutrido panorama,
fuego que disparas,
de facto,
hacia mis pistas intelectuales…

En ti
las combinaciones fugaces,
alcanzan la exigencia de mi paladar;
encantan al tacto
que llueve el polvo
sobre la caricia de dulzura extrema…

La intromisión estalla;
juega, con tus dedos, el alcance;
la luz sagitada proscribe la pena
que sólo hiere y sangra
junto al deseo…

Y me autoformo
con la plasticidad,
sonriendo,
apartándome de mi piel
por los atajos del silencio…

Nada puede hacer escapar
ni retroceder,
ni un diminuto instante,
tu aprehensión, aconteciendo…

Luz Submarina

Nado el sentir más hondo,
cuando resuena la acústica
de tu esencia
en mi propia lengua
y te sabes adorado…

Te cobras de mí.
la culpa de amarte;
la parte que justifica sumergirme
en aguas tiernas
y descubrir que somos, en el otro,
la misma parte
al mismo tiempo…

Se marean mis venas
de tanto advertir
que reverbero de alegría;
que el caudal de la vida
me mantiene junto a ti…

Y no renuncio
a esta manera de descubrir
que lo justo
deviene de lo nuestro,
sin que nada lo pueda impedir…

Sintetismo

Abrazada al aura
desprendida de tus tatuajes,
como un diluvio universal,
te concedo quedarte
en el lugar donde soy
tal cual;
incorporarte
a mi velada de ensueño,
inundándote de la síntesis de la noche
que contiene todo alrededor
de aquello que deseas…

Me rodeo de tu saliva
y mis lunares se derriten
bajo el trance
que no cesa de dejarme
a tu merced…

Ese vértigo imperante
me resguarda de mí misma,
seguido
de tu emboscada;
del efecto nocivo de tus palabras,
mientras entreno la piel
dentro de tu piel,
desapareciendo
en una sola sintonía…

 

Exquisitez Elemental

De pronto,
ese pequeño toque,
circunscrito al mejor de los movimientos,
supone
despertar cada fibra de mi ser;
disfrutar las maravillas
que secreta tu lengua…

Con él
te quedas en mi mente,
como un lugar inaprensible,
perfecto para dejar caerme…

Tú, tan tierno,
te dejas beber
por el sentimiento que me inunda…

Incuestionable el deseo
en vela,
en celo,
en tanto
refugio de mi existir;
tregua equivalente;
convite del quinto elemento…

Escénico

Delante de lo soñado,
te pertenece la tarea
de ensamblar los contenidos;
ubicar las flechas de transferencias,
irrestricto,
para
descomponer la escena,
orillándola hacia las esquinas;
pulsar lo irreverente del deseo
y se comprenda el arte
que en tus ojos hace nido…

Me llevas al clímax desde el primer acto;
nada iguala el ejercicio
de acabar trenzada a tus telones abiertos…

Me prescribes tus guiones
y acabo, metida,
en los desfiles más intensos
de tu tacto;
su conducta noctívaga,
ejerce de espía
y extiende una carrera
jamás privada de escándalo;
tan promisoria,
como atrevida…

Las pistas avanzadas
me otorgan la facilidad
de inducir tus aceleraciones
en mis escenas prohibidas;
permear los diálogos
donde aparezco hechizada por tu lengua…

Las acotaciones perfeccionan
lo que cuentan las curvas de mi oscuridad
sobre tu piel creciente
y arremete,
como un solaz inastillable
que se prende a cada poro
para amamantar el decibel del silencio,
paraíso de lo no aprendido,
sobre las tablas de una improvisación
con el que obtengo
el papel protagónico, contigo…

Captación II

Atendiendo al entusiasmo;
atrapada por la proximidad del desafío
que me impones;
desde el seno del cuestionamiento
y su cúspide espesa,
reúnome con tu lengua…

Qué dolor más dulce
su caricia,
ungüento para mi herida;
reproducción del arte cósmico
y su ración material de energía…

Viciosos, los compases,
de su belleza,
cimbran el aire
en busca
del tono que los aproxime
al impacto real de frotarse,
dejando que se relacionen
en un danza translúcida y sublime,
neblina del deseo
que dispone la sonrisa
y la desnuda…

Me afecta
su armónico esplendor;
instiga que confiese
que tiendo a permitirte
adherirme, tan hondo,
tu fuego a mi sensación…

Rituales de Luna

Cuando la noche acontece,
alunada,
atravieso el claroscuro,
sigo el aullido roto del agua,
hasta llegar
donde se elevan las rocas
y la tierra se alarga;
donde la última gota desciende
y mis rodillas desisten
ante el orgullo aplacado…

Enciendo el vínculo con tus manos,
justo en el centro,
donde arropo la oscuridad
que me antecede,
mientras mi espíritu elevado
baila al ritmo del humo
que vistes,
despertando, en mí,
un cúmulo de distracciones
con tus dedos poéticos…

Parcelada, tu lengua,
rima silencios;
despilfarra antonomasia
con las formas crecientes
que salen y se comen mi corazón
a versos…

Tentada

Se me hacen
pequeños los ojos;
rebeldía, el silencio,
mientras cultivas
margaritas en mi rostro,
y, aparte de explotar lo que imagino,
diseñas calcomanías
con mi nombre…

Suenas tan alto
que asciendo, como la noche,
empinando el verbo sinfónico
y olfateo
la ferocidad del acantilado;
la ligazón sutil
que nos mantiene unidos…

Afilo mis dientes
en los bordes de tu lengua
-menuda confesión la expuesta-
y alimento,
lúdica e impulsiva,
cada una de tus fantasías,
vulnerada la secuencia…

Catalizo tus intentos
y la pista se acelera,
porque colonizo el arrebato
con la torsión del tiempo,
elevando tus ideas…

Ay, mi ángel dorado,
vienes y suena la canción
que llevo escuchando todo el día;
energizante se vuelve su melodía,
como la fuente de los deseos,
cuya eficacia, me reafirmas…

Idoneidad

Hela aquí,
esa palabra tuya,
justa y noble;
esmerada en recuperar la belleza
desde lo insospechable…

Sabe tratarme tan bien;
se empecina en
tocarme por dentro;
expedir el ticket hacia otras dimensiones;
elegirme para custodiar, del silencio,
su mágico camuflaje…

Tu luz palpita a través del aire
y me halagan sus intenciones,
con las que me permito incorporar
tu ciclón violeta…

Aprender las finuras de sus giros
que le conceden a mi lengua
el palco en su concierto
de remolinos…

Mis pájaros se extienden
a lo largo de tu geometría perfecta
y te miro
y te miro
para hacer crujir la partitura
en la quinta línea
que recubro con las notas
negras y redondas
que se aseguran el son
que resuena en sentido mayor
dentro de mi boca…

Estética

Tocas mi sensibilidad
con el brillo obcecado de tu lengua;
llegas
a sublevar mis células;
a contener sus vibraciones
en el culmen y mantenerlas…

Las acrobacias refulgen,
como todas las razones
que te llevan a cumplir el deber
de quedarte a mi lado,
amielado,
amilanadas las opciones,
cuando hincas el hambre
en el lugar donde acabo
con tu noche huracanada…

Mantienes
en el aire mis suspiros;
en mis ojos, chispas de plata…

Narcótica , tu virtud,
desbarata la contrición
y una conferencia de luz,
enzarzada con mi piel,
aclara el vértigo suspensor
de lo que aborda la realidad,
haciéndola trascender…