Instalas el poderío fecundo
de tus palabras en mi pecho…
Viajas a mis instantes
coloreando su lecho…
Tu fragancia seduce a mi alma
con la manifestación de tus dedos
-Empático enredo-
sembrando esmeraldas en mi aire…
El agua de tus cristales
quema el hielo
y en líquidos fractales
se muestra la magnitud de tu ruedo…
Floto en tu ancho arrecife
y reluce la cristalina romanza
en plenilunio de versos,
sembradío de añiles…
Cultivo astros en mi boca
rumiando un firmamento eterno
para el plumaje de tus alas
y mi enamorado cuaderno…
Las tribus del sol imperante
rocían de encanto la aurora,
belleza de campos nuestros que afloran…
Indelebles bocanadas de prosa
tatuan el ímpetu que nos invade,
lluvia de corazones en circuitos cardinales…
Los edenes del viento
declaran jubilosos
a los sumisos caudales,
suspiros luminosos…
Bullida el aura expande
su cerco invisible…
El respiro de la madera converge impasible
con el altar de tu tierra…
Y que me beba la voz de tu mirada
si soy para ti en cada vuelo…
Mi poesía tu morada
Y tu lengua mi aposento…
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