Trepas con audacia
las curvas arrobadas de mi silencio;
tus asedios dactilares
son ese bien mundano que traspasa categoría…
Lo hipnótico de tu tacto
resquebraja la materia
y coléricos los sueños
empujan las vibraciones instintivas…
Mi espíritu te desposa,
rebosante de luz…
Los terrenos oxidados hallan mortaja
y con atavíos de locura resucitan
trasfigurados…
Líquidos de asombro
se descubren mis suspiros
al fuego irresistible de tu alma
y reclamo
todo el manjar que suscitas;
el privilegio del instante que se aclara
cuando nos transita…
No hay comentarios:
Publicar un comentario