Rodeada de las hebras sutiles
que me engarzan tu orgánica pedrería,
vislumbro la luz que te sujeta;
el tejido frondoso de brillos
que nace de tu lengua
y ahora atavía mi pulso …
El fuego que fermenta el punto gravitatorio
cava profundo la sustancia y me inunda
de tu halo poderoso,
completándome…
Arrastra la sombra con vértigo incendiario,
despejando el silencio…
Me subo al frenético instante
del resplandor espejado
y recobran mis dedos
su andar cristalino…
Acaricio la frente del cometa
y me alarga su proyección expansiva
para hundirme en tus ojos…
Anudas tu sol a mi manía
de coincidir con tu verbo
en la pronunciación del inciso cósmico…
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