El agua desborda las clepsidras,
cuando tu carne y la mía
vuelcan sus alambiques transparentes…
Labra el torrente de claridades
que nos desliza,
mientras fluctúa el vapor del silencio,
reflejándonos…
Empaña la sombra
y extenúa su lecho
en la potestad demoledora
que le infligimos…
Expanden los espacios intuitivos
e intoxicados de universo
colisionan los sentidos,
engullendo la utopía de las horas…
Con el brindis en el aire
y el deseo sumergido
en un naufragio de amapolas,
ebrios,
estremecidos,
nos caminan las mareas giratorias
en su avance continuo…
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