Me abraza tu desafiante alineamiento
cada vez que me sumerjo
en tu ingrávida espesura…
Solaza mi alma en sobresalto,
domando la premura de mi esmero
que se vuelve sutileza,
fracción de encanto…
Abres los canales del silencio
mientras te nombro…
Siento el pronunciamiento de lo puro;
cómo retumba el arrumaco de tus ojos,
en un astuto y refractario
cántico de sangre…
Anhelante
mi corazón de lluvia
moja tus atuendos noctámbulos
y crece
sobre el trazo indeleble
el ardor que impulsa y acciona
la sed de todos mis ángulos…
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