Envuelto en transparencias
de fragilidad impalpable,
mueve tu luz
mis fragmentos fugaces…
Bajo el encanto absoluto
desfilan mis dedos,
inyectados de tu savia,
vibrantes,
frenéticos,
paladeando la libertad del descanso
y el silencio…
Su música cegadora
moldea las líneas azules
que posan tu delgado aliento
sobre mi afán cautivo,
vestido del fuego eterno
que me introduce
en tus soñados pasillos…
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