Suelo agitarme
antes del sorbo trascendental,
acunar la renuncia genuina,
honrar la premura que abona la pausa…
Mantenerme en el retal deseoso
de la empecinada pesquisa,
hasta que la salvaje connotación
que no te discute,
divulga exaltada
la férrea dicción de tu saliva…
Reconoces
la legítima debilidad que me provoca
tu acento juramentado
en la pétrea calibración
que entonan con íntima claridad
mis labios…
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