Es tu silencio naciente mineral
que borbotea en mi garganta,
mientras su desnudez sin recato
exhorta el testimonio dinámico
y constante de lo virgen…
Me trastorna la claridad que te envuelve
y vuelvo a caer en tu plasma invencible
que me incide e induce el despertar del alma,
derramándome en tu anatomía…
Me recorres y te siento,
moviéndote, dulce,
en merodeo de vigía…
Legitimas con tu gracia
todo impulso que sostiene la combinación
que nos hace reflejo único del cosmos;
armónico arrebol,
abordando, con audacia, el postrero instante;
forjando lo interdimensional
de nuestro mundo, pleno de contrastes…
No hay comentarios:
Publicar un comentario