Tus dedos amansan mi arcilla,
la rigidez de la sombra
se amolda al sutil rescate
de tu líquida fragua…
Trasvasas tu veta visionaria,
puliendo el resplandor más íntimo
de mi sangre…
A golpe de lluvia incandescente
el ámbito prolijo de tu lengua
me envuelve con vehemencia artesana…
En tu crisol radiante
untada de oro, granito y cristal,
en noble conversión,
consigues acordonar mis suspiros…
Y atrevido coronar
el ímpetu altivo de mi silencio…
Tu piel astral me concede elevarme,
saborear la metáfora del sueño,
la materia danzante que tu nombre
pone en las manos de mi desvelo…
Te amo mi amor!!!!!
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