Degusto el extracto más dulce de tu aliento,
pócima orquestada de brillos plurales
que encumbra en espirales
tu magnífico silencio…
Te tiendes sobre mi lengua
con incomparable ternura
y en júbilo penetrante
aprendo el aterciopelado discurso
de tu esencia pura…
Flamantes parpadeos de superiores escalas,
transportan tu cándido flujo,
íntimamente aferrado a mi respiro…
Impolutos los destellos
ascienden las riberas imponderables
del infinito
y convierten a tus dedos
en fragmentos solares
que eclipsan mis atuendos,
logrando el efecto propicio
de la desnudez de la carne…
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