Te me obsequias,
como fragor de cometa
al destellante placer
de transitar los secretos de la noche;
destilándome tus iris
por cada sutil escena que me asombra…
Tu luz rompe en mi lengua,
diluye generosa
llenando de brindis desbordados
mis vasos azules…
Dulce polea
que arranca de mi boca
el agua infinita de los sueños…
Me extingo en el intrépido empuje
de tu saliva,
aspa náutica que me induce
a paladear el silencio
y su trayectoria adictiva…
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