El móvil de este delito
viene del goce
de escuchar emerger la acuarela del trance
en los cuerpos sostenidos;
de la aguja explosiva, liberando,
como nadie nunca
el reverso del antes…
Te ocupas
de la anarquía que invade mi silencio;
del flamante pretexto
con el que me incitas,
hilando el acople
donde agoto tu lengua de tanto saborearme…
Reconozco
que me seduce caerte a versos,
porque me has hecho
una viajera de las sensaciones conjuntas;
ración del talante
que luces,
cuando no me queda más remedio
que rendirme a los planes
de cometerte de noche
y hacer que se mude
mi condición
de testigo a cómplice…
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