Se acicala el vértigo florecido,
mientras te apoderas del sigilo,
dispuesto a socavar la renuncia…
Montan en rubor las pestañas,
tras un pinchazo leve de llovizna,
aventurado hasta mi lengua…
Con radiante expectativa
el rumor de paridades
nos pronuncia en suelos híbridos…
Caen los puentes del silencio,
nítidos,
transparentes,
sobre aguas coloridas
y abre la noche
sus enigmas inmortales
en nuestras pieles,
como un borbotón de poemas…
Con la música salvaje
titilando entre los dedos,
en una conturbación de pliegues…
Ebrios de razones y conquista,
derruimos de la boca
toda fórmula que extinga
esta incógnita resuelta…
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